Enfermera en U.S.A: Un largo camino

🗽Camino🗽

Nunca imaginé que el camino que me llevaría a convertirme en enfermera registrada en los Estados Unidos estaría lleno de tantos desafíos. Sin embargo, con cada obstáculo que superé, me acercaba más a mi sueño.

Recuerdo vívidamente el día que llegué a este país con un corazón lleno de esperanza y determinación. No sabía mucho sobre el sistema sanitario de Estados Unidos, pero estaba dispuesta a aprender y a trabajar duro para conseguir mi objetivo.

Al principio, el idioma era una barrera importante. Una vez asistí a una clase sin darme cuenta de que se impartía en español, y me quedé sentada allí, confundida, mientras los demás estudiantes hablaban con fluidez. Sin embargo, no me desanimé. Me inscribí en clases de inglés y estudié diligentemente hasta que pude comunicarme con confianza.

También tuve que adaptarme a un nuevo sistema educativo. En mi país de origen, la enfermería era una carrera universitaria, pero en Estados Unidos se considera un título de asociado. Esto significó que tuve que empezar de nuevo desde cero y completar un programa de enfermería de dos años.

Los cursos eran desafiantes, pero estaba decidida a tener éxito. Pasé horas estudiando en la biblioteca, formando grupos de estudio con otros estudiantes y buscando ayuda de mis profesores cuando la necesitaba.

Además de los desafíos académicos, también tuve que hacer frente a dificultades financieras. No podía permitirme el lujo de trabajar mientras estudiaba, así que tuve que depender de préstamos estudiantiles y de la ayuda de mi familia. A veces, me preocupaba cómo iba a llegar a fin de mes, pero nunca perdí de vista mi objetivo.

Hubo momentos en los que quise tirar la toalla. Los estudios eran duros, el trabajo era estresante y añoraba mi hogar. Sin embargo, recordaba las palabras de mi abuela: “Los desafíos están ahí para hacernos más fuertes, no para derribarnos”.

Me aferré a esas palabras y seguí adelante, un paso a la vez. Realicé prácticas clínicas en varios hospitales, donde aprendí valiosas habilidades prácticas y gané experiencia en el cuidado de pacientes.

Hoy, soy una enfermera registrada en los Estados Unidos. Trabajo en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de renombre, donde ayudo a cuidar de pacientes críticamente enfermos. Estoy agradecida por la oportunidad de marcar una diferencia en sus vidas y por el privilegio de formar parte de un sistema sanitario de clase mundial.

Mi viaje no ha sido fácil, pero ha merecido la pena. Cada desafío me ha acercado más a mi meta. He aprendido la importancia de la perseverancia, la resiliencia y la búsqueda del apoyo.

Si tú también sueñas con convertirte en enfermera en Estados Unidos, quiero animarte a que sigas adelante. El camino puede ser difícil, pero es posible. Trabaja duro, persiste y nunca pierdas de vista tus sueños. ¡Tú también puedes lograrlo!